‘Samuel’ es el nombre de su más reciente disco; nos comenta en entrevista que “vivir de la música” es seguir trabajando, tener un sueldo y en sus ratos libres hacer canciones, grabarlas y compartirlas
Por @MilUsosRock
“Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo”
Juan Rulfo
Lázaro Cristóbal Comala dice que Durango, de donde es originario, es el lugar más triste de México. “Si México hablara, un domingo a eso de la 1 de la tarde, diría: ‘chale, ando bien Durango’, nos comenta en un intercambio de mails este intérprete de folk que promueve su disco ‘Samuel’, dedicado a su padre.
Como buen escritor de canciones, el autor de ‘La lucha en la que andamos’ más que escuchar a Leonard Cohen o a Nick Kane, prefiere leerlos, ir leyendo las letras de sus canciones mientras ésta avanza. Admirador de Rulfo, Bolaño e Ibargüengoitia, Lázaro dice que su generación está más interesada en escribir de temas más profundos y letras más elaboradas, más allá de “toda esa olita del punk y rock del 2000 con MTV”.
MUR. Lo primero que veo cuando abro tu Facebook es que harás un tributo a exponentes como Leonard Cohen, Bob Dylan, Janis Joplin, Neil Young y demás estrellas que han influenciado a miles de compositores. Supongo que interpretar canciones de ellos es una escuela. ¿Qué te deja a ti en particular este ejercicio musical?
LCC. Cantar sus canciones, más que ejercicio musical, es un ejercicio espiritual. Es tocarle a la canción, apenas con las yemas, su colita de fuego; apenas la estela que deja. Es una sensación parecida a cuando los cristianos oran y tienen un encuentro con el espíritu santo; yo los interpreto a ellos y tengo un encuentro con el lugar de donde sale la canción.
Aprendí a tocar la guitarra a los 11 años, me regalaron una eléctrica; hacía acordes de poder y solos. Pero no fue sino hasta hace unos 6 años que tomé una acústica e intenté cantar con ella las canciones de Leonard Cohen, Chavela Vargas, Dylan y Johnny Cash. Fue allí cuando me interesó más la letra, lo que tenía que decirse, que la misma música; descubrí que de la canción buscaba más la letra que el acompañamiento musical.
MUR. ¿Quiénes son los niños tristes de Durango? ¿Quién es Samuel?
LCC. La idea de los niños tristes de Durango surgió después del contacto que tuve con chicos de mi ciudad que hacen canciones, organizan tocadas y me invitan (rasgos skinhead, caguama en mano, dispuestos a soltarme un golpe, miradas bajas); pero al tiempo me di cuenta de que en el fondo los adultos de mi ciudad (obreros, músicos, profesionistas, amas de casa, señores solos sentados en la banca de la plazuela) son niños tristes. Durango es el estado más triste de México. Si México hablara, un domingo a eso de la 1 de la tarde diría: “chale, ando bien Durango”. Más que una canción dedicada a cierto grupo, ‘Niños tristes de Durango’ es una crónica del estado de ánimo de mi ciudad.
Samuel es mi padre. Le dediqué mi último disco como la fuente de donde salen todas estas ideas.
MUR. En la canción ‘The Ballad Of Bono Corona’ hablan de una constante línea de depresión y ansiedad. ¿Consideras que tu generación es obscura, gris? De hecho te integraron a una playlist de Spotify de nombre ‘Qué Sad!’
LCC. Oscura y gris quizá. Yo atribuyo más a que esta generación de cancionistas está más interesada en hablar de temas más profundos, sociales y reales, con letras mejor elaboradas. Creo que ya superamos toda esa olita del punk y rock del 2000 con Mtv, que solo hablaba de que tus papás no te entendían o de que te cortó tu novia. Me da gusto ser parte de una generación que ya no es dominada por Mtv y por bandas norteamericanas con temática y rabia sin dirección adolescente; gracias a eso hemos podido voltearnos a ver a nosotros mismos, a gente como Drexler, a nuestro idioma. Además creo que estos tiempos tan difíciles nos han hecho más pesimistas que nuestros padres. ¿De qué podría hablar si mis amigos se están suicidando, si el trabajo me está generando ansiedad, si tuve que trabajar desde los 15 porque mi papá nos abandonó?; ¿de la chica que me gusta? Nah.
MUR. Además de Juan Rulfo, ¿qué otros escritores u obras literarias viven en tus canciones?
LCC. Considero a Leonard Cohen, Nick Cave, Tom Waits, Atahualpa, Micah P. Hinson, a Brandi Carlile más como escritores que como músicos. Me gustan las canciones que pueden leerse. Antes tomábamos el librito que venía el cd y lo leíamos mientras sonaba la canción; ahora lo que hago es buscar las letras en internet y las leo mientras escucho la canción; ellos viven, podría decirse. Y de escritores además de Rulfo, no sé: Bolaño, Rosario Castellanos, Ibargüengoitia.
MUR. A la par de componer canciones, tienes una vida “ordinaria-Godín” (como se le llama coloquialmente). ¿Sueñas con vivir completamente de la música o te gusta equilibrar esas dos facetas de tu vida?
LCC. Creo que hay una errada interpretación de la idea “vivir de la música”. Cuando alguien dice esa frase pienso que se refiere únicamente a lo económico, a la rentabilidad: dejar de trabajar, sacar dinero tocando, viajando, que te firme una disquera, vivir ahí más o menos; o por el contrario malvivir porque nomás nunca pegaste y entonces estar resentido porque no concibes “hacer música sin rentabilidad económica o sin que te escuchen”. Esa interpretación es culpa de la industria musical, la han vendido así y por eso generan la idea del “fracaso si no pego, si no me conocen”. Llevaron el “vivir de la música” a un sentido de exposición, cuando debería ser absolutamente espiritual, interior.
Para mí, “vivir de la música” es seguir haciendo lo que estoy haciendo hasta que tenga 70 años y me muera: seguir trabajando, tener un sueldo y en mis ratos libres hacer canciones, grabarlas y compartirlas, y quizá viajar poco. Yo ya vivo de la música porque encuentro en ella un escape, una ventana, una válvula de mis días y mi rutina, para regresar a mi rutina; para mí eso es vivir de la música, sin que necesariamente implique rentabilidad económica o “posibilidad para vivir fuera del mundo laboral”. Quién no quisiera tener un ingreso para poder dejar de trabajar. Me gustaría, pero no busco ni quiero exigirle eso a la canción. Se corrompe, creo.
MUR. Si pudieras elegir un festival de música que estuviera comunicado con tu música para ser parte de su cartel ¿Cuál elegirías?
LCC. No sé mucho de festivales, he ido creo como a dos conciertos en toda mi vida. No me gusta el formato de festivales; yo prefiero los recintos cerrados con solo una o si acaso dos presentaciones, donde pueda tomarme todo el tiempo del mundo para mis canciones, sin la prisa de que me encierren a 3 o 4 canciones para llenar un espacio y rápido el que sigue. Más que un festival, preferiría en todo caso abrirle a algún músico que admire en un recinto pequeño.
MUR. Tuviste recientemente un sold out en el Foro del Tejedor de la CDMC. ¿Cuál sería el siguiente paso y foro que te correspondería o que te seduce de la CDMX?
No conozco muchos foros allá, solo sé que conforme pasa el tiempo más se van llenando los lugares a donde voy, y eso me da felicidad. Creo que quizá Pedro y el Lobo son los que sabrían qué sigue para presentarme en CDMX, además me gusta que ellos comparten esta idea de seguir tocando en lugares chiquitos, donde esté muy cerca de la gente que va.
Fotos: Cortesía
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