FESTIVALES Y MÁS FESTIVALES

LOS DIOSES OCULTOS o de cómo se preparan para elegir su ritual festivalero

Por Mil Usos Rock
@sergiofloramx

En el Totonacapan se escucha el lamento de los Dioses Ocultos por el flaco cartel de Cumbre Tajín. Este año no hay Björk, no hay Tool ni The Flaming Lips. Vamos, ni siquiera hay un Caifanes, su ojo de venado sigue perdido, el Nicho de la Música está desprotegido y Margarita ‘La Diosa de la Cumbia’, que sí cantará en la siguiente edición, amenaza con ser ella la protagonista, la estrella luminosa y tropical en el encuentro de culturas.

Entre tragos de pulque y chapulines enchilados, las deidades hacen números, comparan los programas de cada festín musical que se aproxima, observan el panorama con sus ojos que todo lo ven y nada más no llegan a nada concreto. ¿A qué festival deben acudir en las siguientes semanas?, se preguntan como si fuera el misterio totonaca más grande que se tenga memoria. Está Cumbre Tajín, que, como ya dijimos, se encuentra más cerca del abismo que de la cumbre; otra opción es el valle florido de Coachella, o para los que no tienen tantos espejitos para intercambiar, les queda el glorioso y cada vez más tropicalizado Vive Latino.

«Vamos a ver al gordo de Axl Rose a Coachella», dice uno de los todopoderosos refiriéndose a la reunión que tendrá Guns N’ Roses en el ritual californiano. Como divinidades que son, saben que el regreso de la banda gringa no es como lo pintan: no es la alineación original como lo anuncian con bombo y platillo. Sin embargo las guitarras de Slash, la jungla eléctrica que ofrecen en sus directos, los aullidos agudos de su vocalista y su apetito por la destrucción… y las garnachas, los seduce como diablito que te incita al oído a que peques con la más fea de la fiesta.

Los estragos del octli ancestral empiezan a surtir efecto en los cuerpos recios de los Dioses Ocultos. «A ver cabrón, déjame hablar», dice una de las voces con más carácter y autoridad de toda la estirpe milenaria, por lo que se hace un silencio total: «Coachella es invertir mucho dinero y este año el cartel no lo vale». ¡Zas! La experiencia habló, nadie pudo contestarle al abuelo, parece que sentenció algo duro y doloroso, pero no por ello menos cierto. Muchos pensaban lo mismo pero tenían temor a aceptarlo, ¿cómo decir eso de un festival internacional que todas las puede? Pues el viejo y se trayectoria jaguar no se anda con rodeos.

En el horizonte lleno de magueyes, rituales, limpias y más y más pulque, dos sacerdotes ya «andan a gatas como lo hacen los lobos». Y es que lo que inició como una amena charla de amigos celestiales (¡estamos chupando tranquilos, carajo!), ahora no tiene ni pies ni cabeza, los curados de café no son nada tontos. «¿Serán los Dioses Ocultos o serás tú?», pregunta a todos y a nadie uno de los más jóvenes del grupo. «Déjenlo, ya anda bien pedo», responde una vocecilla misteriosa que se aferra a mantener el equilibrio.

El ambiente sube más de tono. Algunos se recuestan ebrios sobre los escalones del templo, otros hablan para sus adentros en lenguas indescifrables y aún no exploradas por el INAH, otros más discuten, se abrazan y vuelven a discutir. Los más serenos tratan de seguir con el tema que los reúne pero las palabras se quedan atoradas en sus lenguas de fuego. Es un capítulo que se repite cada año y que termina inconcluso. Ya no tienen cabeza para seguir con la discusión. Al final, Los Dioses Ocultos terminarán acudiendo a un Vive Latino del que se quejan a mares, pero que los hará gozar a tope con su dosis de rock, cumbia y guaguancó.

ENCORE: Este Viaje Psicotrópico bien se puede acompañar con canciones de fondo como ‘Los Dioses Ocultos’ de Caifanes (álbum ‘Vol. II ‘El diablito’, de 1990). También sirve ‘Welcome to the Jungle’ de Guns N’ Roses (‘Appetite for Destruction’, 1987) o la siempre gozosa ‘Capullo y sorullo’, de Margarita ‘La Diosa de la Cumbia’.


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Textos: @MilUsosRock

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